
Optimismo
El optimismo en la empresa nunca ha estado bien visto.
Hasta el extremo que las personas con buen humor y proclives a la risa, son consideradas -inconscientemente- algo necias e irresponsables.
Por lo visto, el ceño fruncido y andar siempre de morros convierte a las personas en inteligentes y eficaces.
Y es que en general se define a la persona optimista como alguien un poco iluso, que da por sentado que siempre sucederá lo mejor, sin ninguna razón que lo justifique.
Equivocadamente, en mi opinión.
Un optimista es el que trabaja con entusiasmo para que le pasen cosas buenas, y que sabe que también pasarán cosas malas, pero tiene la seguridad de que cuando lleguen sabrá superarlas.
Porque este empleado optimista es alguien:
-Que ha sido formado, conoce su trabajo y las herramientas para llevarlo a cabo y ha tenido la oportunidad de cultivar la confianza en sí mismo y en sus capacidades.
-Que ha podido compartir de forma honesta dudas y problemas con sus compañeros, y la experiencia le dice que estarán ahí cuando los necesite.
-Que se sabe arropado por sus superiores, que le han apoyado y orientado en los momentos complicados.
Cuando en una empresa hay muchos "alguien" de este tipo, esa organización es INVENCIBLE.
