
Nuestra inteligencia
En las empresas se están alcanzando niveles tecnológicos nunca vistos.
Es la industria 4.0. Los avances se suceden de forma exponencial y el objetivo es la inteligencia artificial. Sin embargo, no se acaba de entender que en medio del alud tecnológico que estamos viviendo, no crezca proporcionalmente la productividad, ni se solucionen apenas problemas humanos realmente importantes.
¿Alguna vez nos hemos preguntado, qué hay de nuestra inteligencia? ¿De nuestra evolución? ¿Somos tan buenos en pensamiento estratégico, en creatividad o comunicación, en nuestra capacidad de relacionarnos, como nuestras máquinas lo son en lo suyo? ¿Estamos haciendo algo para mejorar nuestra eficiencia?¿Estamos a la cabeza o a la cola de la revolución?
Tan importante como la tecnología en sí misma, es dotarla de pleno sentido, y enfocarla al progreso real y eso sólo lo conseguiremos desplegando en las empresas culturas de evolución personal y organizativas, buscando nuestras características más humanas: La imaginación, el coraje, la creatividad, la sociabilidad, y la más importante, la confianza.
Una confianza en nosotros mismos, en nuestra empresa y en nuestros compañeros, que constituirá el elemento esencial para ganar todas las batallas que se nos presenten.
